
TIEMPO PREPARACIÓN
40 minutos
RACIONES
20 unidades
DIFICULTAD
Media
Si os habéis dado un paseo por mi web o habéis venido de mi perfil de instagram, os habréis dado cuenta de que una de mis pasiones son las croquetas en todas sus formas y de todos los sabores. Hoy os traigo estas deliciosísimas croquetas de calabacín veganas que estoy segura de que os van a conquistar.
Además de calabacín rallado, suelo añadir siempre zanahoria en esta receta, porque le da un toque muy rico. Ya veréis como quedan súper cremosas y son súper fáciles de hacer.
Si tienes intolerancia al gluten o celiaquía, puedes sustituir la harina de trigo por harina de maíz sin ningún problema y utilizar pan rallado sin gluten para empanar las croquetas, quedan súper ricas así también. Os dejo como siempre las sustituciones apuntadas abajo en la receta.
Espero que hagáis esta receta y os guste tanto como a mí.
CÓMO HACER CROQUETAS DE CALABACÍN VEGANAS Y QUE SALGAN PERFECTAS
Aquí tenéis algunas cosas importantes que hay que tener en cuenta para conseguir unas croquetas de calabacín veganas perfectas:
- En este caso el calabacín y la zanahoria van rallados para que se integren bien en la masa y coja más sabor, además de para que sean más fáciles de comer y queden más cremosas.
- El tiempo de enfriado de la masa es muy importante para que la masa coja consistencia y se asiente, suelo dejarla toda la noche aunque si quiero comerlas ese día preparo la masa unas 4 o 5 horas antes para que dé tiempo a que se enfríe bien.
- Si tenéis mucha prisa podéis meter la masa en el congelador 40-50 minutos para que se enfríe más rápido y podáis hacerlas antes, aunque la masa no va a asentarse bien y el relleno quedará menos cremoso y consistente.
- Si las hacéis en el horno o en la freidora de aire es más probable que las croquetas se abran un poco, porque tardan algo más en dorarse y el relleno se calienta más y se «hincha». Yo suelo ponerlas poco tiempo a alta temperatura (200 grados) teniendo en cuenta además que no quedarán tan doradas como cuando las freímos, pero estarán igual de ricas.
- Si hacéis más cantidad de la que vais a comer, podéis dejar las croquetas formadas y congelarlas para comerlas la semana siguiente o un día que os dé antojo, ¡así tenéis croquetas listas siempre que queráis!
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LA RECETA PASO A PASO

Croquetas de calabacín veganas
Ingredientes
- 1 cebolla
- 1 calabacín
- 1 zanahoria
- 1 diente de ajo
- 2 tazas de bebida vegetal sin azúcar (yo utilizo bebida de soja)
- 4 cucharadas de harina de trigo integral (o harina de maíz para opción sin gluten)
- 2 cucharadas de levadura nutricional
- 1 cucharadita de nuez moscada
- Pan rallado
- Harina de garbanzo
- Sal
- Pimienta negra
- AOVE (aceite de oliva virgen extra)
Elaboración paso a paso
- Picamos bien la cebolla y el ajo y los sofreímos en una sartén grande con un chorro de AOVE.
- Cuando la cebolla esté traslúcida añadimos el calabacín y la zanahoria rallados y salpimentamos.
- Dejamos sofriendo unos minutos y, cuando la verdura esté tierna y doradita, añadimos la harina y le damos un par de vueltas.
- Incorporamos la bebida vegetal, la nuez moscada, un chorrito de AOVE, la levadura nutricional y corregimos la sal y la pimienta si hace falta.
- Removemos bien para que no se hagan grumos y, cuando la bechamel espese, apagamos el fuego y la vertemos en un recipiente para que se enfríe.
- Una vez se haya enfriado un poco, la metemos en la nevera durante 2 o 3 horas para que se enfríe y se asiente bien la masa (yo la suelo dejar toda la noche).
- Pasado el tiempo de reposo, mezclamos en un cuenco 2 cucharadas de harina de garbanzo y un chorro de agua y removemos bien hasta que tenga una textura parecida al huevo batido.
- Rebozamos las croquetas en pan rallado, después en la mezcla de harina de garbanzo y luego otra vez en pan rallado.
- Cuando las tengamos las freímos con AOVE en la sartén hasta que se doren o en el horno o freidora de aire a 200 grados, como prefiráis.

Me ha encantado esta receta aunque he hecho algunas modificaciones. Por ejemplo he metido boniato en vez de zanahoria porque no tenía. Y en vez de leche vegetal, he cocido la almendra triturada que me sobra de hacer mi leche vegetal y luego he triturado esa almendra con el agua de haberla hervido. Y creo que eso también le ha dado un toque de cremosidad.
Gracias, me encantan las croquetas, pero sin huevo y sin gluten, la mayoría de las veces ha sido un fracaso jjj.
Me ha encantado tener que usar muy poca harina, que en este caso he puesto maizena, porque las verduras ralladas es un acierto, ya que hacen la masa blandita y croquetil jjj
Gracias
Qué alegría que te gustasen tanto, Carmen! Y es genial que le des tu toque a la receta 🙂
Un abrazo y gracias por comentar 🙂